Dime amor, que aún vives en mis noches inciertas
desde que te conocí un día de primavera
cuéntame el pasar de los años,
desde que navegaba sin bandera,
por páginas que parecían desiertas.
Descríbeme la historia de una vida,
iluminada apenas por la luz de la salina,
por reflejos de amores solo de ida,
en un mar lleno de rosas y espinas.
Porqué nunca he podido recordar una puesta de sol
sobre la línea del horizonte delgada y fina,
en mi memoria sólo el recuerdo de un fundido farol
y el fulgor de rayos como serpentinas
aferrados a mis manos como arma asesina.
Porqué, en este tiempo no he podido endurecerme,
y a veces pienso, cual será nuestro destino
quizás dos bocas enlazadas en un beso inerme,
o dos amores clandestinos unidos en su camino.
Tal vez seremos el cauce de dos ríos,
sin arboleda, oscuros y vacíos,
de aguas bravas y turbulentas,
arrojadas al mar sin tenerlas en cuenta.
Quizás es mi dolor y mi pena literaria
que sólo puedo aplacar cuando te contemplo,
es mi aire y mi danza solitaria
mi áurea de edad que cada noche templo.
E.G.G.
3 comentarios:
Ufff cuando uno siernte que quizás eramos solo dos gotas de agua en un inmenso mar.....no hay horizonte ni crespusculo que sostenga esa pena..
Mariella
Cuántas preguntas sin respuestas. Cuántas dudas hiriéndonos a diario...
Es muy musical tu poema Eusebio. Me gustó, suena muy bien.
Un abrazo
porque nunca he podido recordar una puesta de sol sobre la linea horizontal. delgada y finA en mi memoria solo tecuerdo un fundido farol y el fugor de. rayos como serpentinas aferrados a mis manos como armas asecinas
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