AÑORANZA

Cuentan las malas lenguas, que has muerto, que eres soledad y desierto. cuentan que toda tu, eres silencio , pero yo aún te oigo y te siento. Siento el calor de tu arena , donde levanté castillos en sueños, donde enterré mis temores, donde encontré fantasías, y no traiciones ni errores. Sobre la arena del estío, escuché tu paso al caminar, escuché las olas sonar, al mismo compás, y vi las gaviotas volar. En tus parajes, te dejé mis recuerdos, te regalé mis desdichas, y te confié mis secretos. ¡Allí! Frente al mar, olvidé mi sufrimiento, y sobre la espuma blanca, dibujé un triste lamento. Y te lloré un momento. Miré al horizonte, intenté encontrar tus huellas, caminé de nuevo por tu arena, para decirte amor, que te echo de menos, que en mi corazón no has muerto. Y en las tardes doradas... cuando el sol ya se despide, y dibuja el sobre mar sus reflejos, alzando mis brazos al viento, confieso, que mi amor es cierto, y que el tiempo no borrará en mi, tu dulce recuerdo.

E.G.G.